Algunas consecuencias del COVID-19

Lamentablemente, ya se cumplirá un año de pandemia por coronavirus y no he podido seguir tan de cerca las noticias. El artículo gráfico del New York Times fue mi introducción a la causa de la epidemia; una conferencia del coloquio Victor Neumann Lara en Querétaro, me explicó una conexión entre las gráficas y la estructura del virus COVID-19, así como fue obligatorio concientizar la cancelación de clases presenciales en todo el mundo, lo tal vez afectaría a quien quisiera estudiar próximamente en otro país.

Este episodio ha sido crucial para explotar la información disponible en la red acerca de matemáticas y programación: Un muy buen curso de programación lineal I, por Henry Adams de la universidad de Colorado, fue subido a la youtube apenas el 29 de agosto de 2020. El cual me ha explicado, desde los numeritos, cómo se formula el programa dual de otro programa lineal. También, ha proporcionado una demostración del teorema de König utilizando matrices unimodulares (estas son aquéllas matrices que cumplen que cada una de sus submatrices cuadradas tienen determinante 0, 1, o -1). Uno se puede preguntar por qué elegir esa prueba y la razón es que de tal se deduce cómo programar el problema de encontrar una cubierta de vértices o un apareamiento máximo en una gráfica. Después de todo, dedicar parte de mi tesis para demostrar las equivalencias del teorema de Menger, no fue en vano (aunque estas puedan ya no figurar en el resultado final), ya que los teoremas de Hall, König, Birkhoff Von Neumann, Dilworth, Menger, y Flujo Máximo corte mínimo, también son básicos en programación lineal.

Otro video del usuario MonkHaus fue subido el 13 de noviembre de 2020 a youtube y se llama “How do I do graph cuts in Python.” Mi tesis trató el tema de los cortes mínimos en visión computacional, pero la parte teórica; mucha de la información sobre cómo se programa la síntesis de textura es inaccesible desde los artículos. La referencia al libro utilizado es “Programming Computer Vision with Python,” el cual de paso te muestra cómo programar una digráfica utilizando la biblioteca NetworkX.

Antes de eso, mi impresión era que la mayoría de los videos sobre matemáticas eran o conferencias, o divulgación de las matemáticas, o hablaban sobre los temas más populares, o estaban dirigidos hacia los matemáticos más hard-core. Creo que eso también empezaba a propiciar una centralización de los contenidos de matemáticas en la red, con varios canales dominantes, como 3 blue 1 brown, Black Pen Red Pen, Ciencias TV, Institute of Advanced Study, o Julio Profe. Y ahora hay de todo. Cualquier secreto que quedará no descubierto aunque permanezca publicado.

Una duda que yo tenía para el tema de flujo máximo corte mínimo y que no fui capaz de resolver por mí misma, tampoco había sido respondida por una veintena de videos que vi hace dos años, hasta que me topé un nuevo curso de programación lineal impartido desde otra universidad. Así son las matemáticas. Hay dudas que nunca podrás resolver. Hay otras dudas que tal vez nunca podrás resolver; sólo tal vez.

A mí me fue bastante bien, siendo ayudante de Álgebra Superior I. Con acceso a notas de clase y a las grabaciones de las videollamadas. Los contenidos de los cursos son más fáciles de compartir a través de Moodle (en mi caso), y eso seguramente influencia lo que otros están dando en sus propias horas de clase.

Antes de la epidemia, no todo mundo consideraba apropiado grabar sus cursos y sacar algún provecho de eso, pero la realidad es que se puede rescatar una idea interesante, que de otro modo habría sido olvidada, o una equivocación o duda, muy nítidamente. Otra ventaja en trabajar desde la computadora es que, verificar un cálculo numérico, o una gráfica, sólo requiere abrir tu aplicación favorita de matemáticas.

Ciertamente, varios profesores han optado por dejar abiertas sus clases al público, de manera que se aprecie la calidad de sus materias, lo que también servirá como bonus en un curriculum o para carta de presentación.

Hay que tomar en cuenta, entonces, que esta es una oportunidad única de acceso a la información, ya que la comunicación normal se reestablecerá. Muchos negocios se han creado con modalidad en línea, incluidas las clases remotas, pero eso no competirá tanto con que la mayoría de la gente ha de trasladarse para ir a trabajar, comprar el mandado, ir al dentista, sacar a pasear al perro, etcétera. Otra consecuencia del asunto, es que ya nadie debiera poner un pero para usar ciertos recursos en línea que se requieran en una clase, pues ya lo habrán hecho obligadamente todo este año. Los trámites del SAT, y del gobierno en general, ahora se pueden realizar, evitando largas filas de gente, de donde también un trámite a una maestría será sencilla.   

Por otro lado, hay que pensar en las brechas de inseguridad que significa subir todos tipo de datos de algún individuo, a la red: Dónde está este en tiempo real, qué tiene, cuánto dinero tiene y qué tan ignorante está siendo respecto a cómo maneja esta información en el ciberespacio. Hay dos tipos de inseguridad que primordialmente presentan alarma: el hackeo cibernético (que incrementa cada día, motivado por el deseo de los  propios civiles por hackear a alguna persona conocida) y otras formas de violencia física planeada, debidas a que es fácil saber dónde está esa persona cuyos datos están a un click de distancia, sino es que resguardados por una contraseña muy fácilmente crackeable.   

Mi propio caso es que no he impuesto condiciones de seguridad, ni en mi página web, que carece de ssh (si bien en cuatro años nunca ha sido esta atacada para fines de destrucción del sitio), ni en mi canal de youtube, ni en mis clases por internet y no es fácil optar por desechar compartir esos videos, ya que será tendencia mostrar los cursos en vivo. Como yo no estudiaré la maestría en matemáticas, con más razón dar cuenta de lo que a la fecha sé hacer. Discusiones sobre esto serían adecuadas, pero mi propia opinión vira alrededor de no tener un miedo excesivo a mostrarse ante un público y divulgar un trabajo y criterio propios. Alguien seguro desaprobará que cuelgues eso en la red y te dirá que no lo hagas. Con esto estarías perdiendo la oportunidad de que otras personas interesadas, aprendan directamente de lo que tú haces, y perderás competitividad contra quienes sí están publicando contenidos.

Tal vez es arriesgado publicar la imagen de tu cuarto en tus videos, pero quizás no es tan amenazador como la paranoia sugiere. No lo sé. Lo más recomendable sería, sin embargo, elegir un escenario lo más simple posible para ser mostrado en los videos, sin estarlo cambiando. De otro modo se podría deducir de una secuencia de videos toda la configuración interior de un hogar. Aún así, más que pensar en la inseguridad, creería que eso es también agradable, estéticamente, y lo hace más profesional.

Quien ya publicó todo eso en redes tiene la opción de removerlo parcial o totalmente, tal vez recrearlo, o compartirlo para cierto público. O tener en cuenta que ya se ha sometido a ciertos riesgos y dejar las cosas tal cual. Hay material que simplemente no se puede rehacer. Y mientras que hay canales de youtube que se dedican a realizar demostraciones de funcionamiento de equipos costosos, hay otros que diariamente proveen vistas panorámicas y en primera persona de la ciudad de Londres. Lo que aumenta las probabilidades de que tal transeúnte sea asaltado, o de que cualquier otra persona utilice esa información con fines de lucro hacia un establecimiento que apareció en la filmación.

También, parte de la seguridad personal yace en el apoyo que otra gente te da. Quiere decir que, mientras que varios colegas de trabajo me impulsan a compartir contenidos en la web, a otros les parecerá inútil, si no es que sólo verán el lado maligno de tus acciones. Por eso considero más pro activo tener un objetivo en mente, querer decir lo que uno piensa y saber mostrarse así ante los demás.

Tal vez lo más limitante que le veo a este encierro por COVID-19, es conocer gente y conseguir trabajo. Así como es físicamente insalubre chatear en vez de platicar, y que todas las actividades importantes de una persona tengan que darse a través de una pantalla de computadora. Es lo que a mí me está costando más controlar. Lo combatí saliendo a correr diariamente, manteniendo una sana distancia; a veces también cantando. Pero ya que soy soltera, mis interacciones sociales no han ido más allá de mis parientes, asesorías de tesis y conversaciones ocasionales por chat o Skype. Lo cual propició varias crisis y frustraciones emocionales. Algo que a ahora y a futuro me preocupa.   

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